miércoles, 28 de julio de 2010

Cae la tarde

Es increíble como recuerdo mi sala, mi laptop, mi ventana y mi parque cuando caía la tarde y empezaba la noche en invierno. Eso que me parecí tan aburrido, tan soso y tan humillante, ahora es lo que más extraño. Estoy casi igual, solo que sentado en un muro con un lapicero y una hoja prestada mirando por entre la reja la tarde helada que está por ocultarse.

Se supone que la primera semana es la peor, sin embargo no ha sido así, me esperaba los ataques y la humillación que significa mi delito, sé que pasarán sólo 5 años. Los cuento tal cual contaba los días para que empiece un nuevo mundial.

Ahora "la verdadera libertad" me emociona sin hacerme llorar y es que hace mucho que no lloró, unos cuantos barrotes y una congeladora con paredes pintadas tampoco lo logrará. Làstima que todavìa no pueda arrepentirme de lo que me encerró, lo merecía.

Ya es de noche, los postes alumbran la libertad, los gritos y los llantos envueltos en risas alumbran mi lugar. Tal vez todavía no quiero enfrentar lo que hice, decirlo con sus propias palabras. Extraño todo, sobretodo lo que me encerró.

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