viernes, 23 de julio de 2010

Ruido

El día que arrestaron a Luis tenìa el presentimiento de que algo iba a pasar, lo veìa asustado, estaba siempre en el sillón de la sala con la laptop sobre las piernas pero a cada momento volteaba a ver la ventana, me sorprendió que no haya cerrados las cortinas.

Nunca pensé que pasaría esto, sentí terror cuando escuchaba los sonidos del timbre a las 2 de la mañana, el frío, la oscuridad, los gritos, el silencio, la capucha sobre su cabeza mientras salía de la casa, todo fue rápido pero me demorò un siglo verlo, recuerdo cada detalle, en especial su ùltima mirada antes de agachar por ùnica y ùltima vez la cabeza.

Cogí la laptop, quería esconderla pero el guardía me empujó y me gritó unas cuantas cosas que no logré entender. De Luis sólo alcance a ver su casaca negra, mientras caminaba junto a los uniformados. Nunca ví tanta gente en mi sala ni tantos vecinos fuera de ella.

Tras de la pared, asomando un poco la cabeza, veìa como lo llevaban, respire más fuerte, alcance a ver un poco su angustia, su miedo, su resignación.

Escuche las motos, el ruido, las voces de las radios de los uniformados, cerré las ventanas, apagué la laptop y el ruido llegó a su máxima expresión con los miles de timbrazos y el espejo quebrado mientras caìa contra el suelo la laptop. Me puse la capucha y alce la cabeza por última vez.

Està carta llega desde mi celda, me los imaginaba así, disculpen pero como lo dije antes, no quiero verlos más, dìficil pensar pero quiero que lo hagan en una vida sin mí, hacer de cuenta que nunca existí. Saldrè en poco tiempo gracias a ustedes, sè que merecìa mucho màs. Sé de su verguenza. La ùnica cosa que no pude dejarles, es la ùnica cosa que no extraño, la ùnica cosa que siempre me acompaño y me destruyó.

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